la directora, Cristina Lügstenmann, en el vestíbulo del teatro de LA CALDERA, donde el 29 de noviembre se estrena laSal |
Jueves 11 de octubre. Visita técnica a La Caldera. Mientras tres bailarines exploran las posibilidades de su arte, el equipo de laSal va tomando las medidas al teatro. Debatimos si optar por un espacio enteramente blanco o si crear contrate con el suelo en negro. Yo me río para mis adentros, después de veinte años de profesión mis viejas obsesiones se van materializando. Esta sala y la evocación estética que nos produce me recuerda a mi primer montaje, Almada, en el Salón de Columnas del Círculo de Bellas Artes en Madrid.
Tras la visita, un café en la Plaza de la Virreina donde los temas se posan sobre nuestras lenguas como febriles pajarillos. Natalí y Carles empiezan a pintar el lienzo blanco en el que hemos estado con sus filtros y sus fotos. Hay un color que obsesiona a Carles, el azul turquesa, por ser el de los enjutos féretros de las fosas comunes. Una chica pasa con una camiseta, ¡ese es el color! Un músico callejero pasa tocando el clarinete. Es el momento en que todo nos estimula y todo queremos llevárnoslo a escena.